La exposición abierta ante un público vacío de existencia, la obsesión y fascinación por las nuevas tecnologías y su mundo perfecto, el hechizo cibernético de las redes sociales, el poder de la creación, y la banalidad de los artificios.
En la fina línea entre realidad e ilusión es fácil dejarse atrapar por los nuevos cantos de sirenas, aunque ello signifique la pérdida de la propia identidad, abrazando la uniformidad del círculo.
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